domingo, 13 de julio de 2014

Editorial recomendado. Un chiringuito que no es de verano...el presidente Chirac fue juzgado y condenado al abandonar el Palacio del Elíseo por meter intrusos de su partido en la Alcaldía de París ....en Andalucía lo que lo hacen y permiten ¿Gobiernan?

Al arribar al poder en la primavera de 2009, Griñán El Ufano, parodió una escena de una popular serie de la BBC que, en los ochenta, alcanzó fama por su mordacidad Yes, ministersatirizaba los vanos intentos de reforma gubernamental. Mismamente al ministro de Administraciones que, nada más tomar posesión, inquiere sobre cuántas personas trabajan en su departamento, respondiendo su más alto funcionario que no muchas. «¿Dos mil, tres mil?», insinúa. «23.000 exactamente», admite su interlocutor. «¿23.000 burócratas administrando burócratas? Intolerable. Hágase un estudio para ver cuántos sobran». El Secretario Permanente, adornándose con la obsequiosa muletilla que da título a la emisión, objeta que ya se hizo el año anterior. Expectante por saber la conclusión, el gerifalte se queda de piedra cuando le concreta: «Se precisan quinientos más».




"Si la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, Griñán alumbró un recorte que dio a luz a 1.300 arrecogidos más"

Así, al asumir Griñán Presidencia, tras ser consejero del ramo, prometió amortizar -incluso aprobó un decreto- 111 entidades de la Junta y agruparlas en 14 agencias a los 23.476 enchufados de la administración paralela. Pero, si la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, Griñán alumbró un recorte que ha dado a luz a 1.300 arrecogidos más, según el Tribunal de CuentasDemuéstrase la farsa de quien maniobró para empotrar a estos afortunados -equivalente a la plantilla de Canal Sur- en vísperas de las autonómicas y evitarse salir del gobierno......





......El gobernante opta por asegurarse el mando habilitando cobertizos para fieles, al tiempo que arrima caudales a sociedades antes de formalizarse, como en el expolio de la formación. Para ello, se las sitúa extramuros de la Intervención y de la incomodidad, aunque sea formal, a la que obliga la normativa de contratos y subvenciones.
Por si se albergaran dudas sobre la razón de los mismos, baste recoger lo dicho este año por la Cámara de Cuentas sobre las Unidades Territoriales de Empleo y Desarrollo Local y Tecnológico, actualmente investigadas por la Fiscalía Superior de Andalucía. Con 787 empleados (90 de ellos directivos), el órgano fiscalizador estima que el dinero de la Junta, con clara desatención de sus fines, valió casi exclusivamente para remunerar a sus asalariado, enrolados sin procedimiento reglado alguno. Estos chiringuitos no son de verano, pero están más abarrotados que los de la costa.....
.......Andalucía está atrapada en una espiral destructiva que la sitúa a la cola de Europa por la ausencia de estrategias generadoras de riqueza y por cómo el clientelismo chupa como ventosas todo lo que pueden asir hasta secarlo. Si el pescado comienza a pudrirse por la cabeza, la podredumbre se apodera de todo el cuerpo en función de aquella devotio iberica por la que los iberos consagraban la vida a proteger al jefe en pago de su tutela clientelar. El neofeudalismo autonómico recrea ese pacto de sumisión que rebrota, como los árboles talados dejan raíces vivas que, con los años, engendran fruto....

.....Por eso, se hace precisa la navaja célebre de Occam........ evitar la multiplicidad de entidades para análogo uso....

Un chiringuito que no es de verano




Al  arribar al poder en la primavera de 2009, Griñán El Ufano, parodió una escena de una popular serie de la BBC que, en los ochenta, alcanzó fama por su mordacidad. Yes, ministersatirizaba los vanos intentos de reforma gubernamental. Mismamente al ministro de Administraciones que, nada más tomar posesión, inquiere sobre cuántas personas trabajan en su departamento, respondiendo su más alto funcionario que no muchas. «¿Dos mil, tres mil?», insinúa. «23.000 exactamente», admite su interlocutor. «¿23.000 burócratas administrando burócratas? Intolerable. Hágase un estudio para ver cuántos sobran». El Secretario Permanente, adornándose con la obsequiosa muletilla que da título a la emisión, objeta que ya se hizo el año anterior. Expectante por saber la conclusión, el gerifalte se queda de piedra cuando le concreta: «Se precisan quinientos más».
Así, al asumir Griñán Presidencia, tras ser consejero del ramo, prometió amortizar -incluso aprobó un decreto- 111 entidades de la Junta y agruparlas en 14 agencias a los 23.476 enchufados de la administración paralela. Pero, si la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, Griñán alumbró un recorte que ha dado a luz a 1.300 arrecogidos más, según el Tribunal de Cuentas. Demuéstrase la farsa de quien maniobró para empotrar a estos afortunados -equivalente a la plantilla de Canal Sur- en vísperas de las autonómicas y evitarse salir del gobierno.
Nada nuevo bajo el sol: antes, Griñán pregonó el recorte de altos cargos, y acto seguido aparecieron otros nuevos, por no aludir a los agazapados en covachuelas que han salido a la luz por citaciones judiciales. Parafraseando a Demóstenes, a nadie debería extrañar ser engañado, sino no serlo por quienes viven de la mentira. En año de elecciones y en crisis, su enjuague fue del tenor del registrado en Ayuntamientos y Diputaciones. Ante el riesgo de derrota, se hizo fijo al personal de confianza.
Si la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, Griñán alumbró un recorte que dio a luz a 1.300 arrecogidos más
La estafa de Griñán se suma al presunto manejo de fondos contra el paro que, además de enriquecer a logreros, ha servido para la compra de votos y voluntades, según atestiguan las pesquisas policiales y los autos judiciales. En contraste con países como Francia, donde el presidente Chirac fue juzgado y condenado al abandonar el Palacio del Elíseo por meter intrusos de su partido en la Alcaldía de París, aquí no se depuran estos presuntos delitos que fortifican un neocaciquismo en el que, a diferencia de los caciques de la Restauración, el dinero de los sobornos no sale del bolsillo propio, sino del erario.
Se platica mucho sobre corrupción, si bien se castiga tarde, mal o nunca en este puerto de Arrebatacapas en el que quien pilla, pilla, y sólo pagan los infaustos que no gozan de la gracia de los ladrones de marca mayor. Es más. Ni siquiera la oposición echa su cuarto de espadas, sino que el PP se enfrasca en una porfía con los abogados que se han batido el cobre en los ERE y otros saqueos en ristra. Logrado ese punto de torpeza o idiotez, habría que repetir lo que le soltó el gran Alfredo Di Stéfano, en su época de entrenador, a un manazas de portero: «Ché, por lo menos, no meta las que van fuera». Con eso del perfil bajo, tocará el día que no se les verá en el césped y se borrarán del terreno de juego.
El favoritismo y la sumisión al poder fijan una relación parasitaria entre la administración y quienes se lucran de las resoluciones políticas. Por ende, tener poder se reduce descarnadamente a colocar gente viviendo del Presupuesto. Probado que no cambiaran el mundo, por los menos que el mundo les cambie a ellos y a quienes le acompañan. A este fin, las empresas públicas son un perfecto subterfugio para acomodar a propios y exceder el gasto sin reparar en los ingresos. Esa legión de mercenarios con derecho a nómina sin prestar a veces servicio alguno sirve a ese ogro, no filantrópico, como bautizó Octavio Paz a la máquina de poder del PRI mexicano, sino filibustero, que es la Junta. Coloniza el Presupuesto, cría podredumbre y cautiva el voto resultando casi imbatible en las urnas.
Si se dice que la crisis alumbra renovación y oportunidades, es evidente que no ha sido la circunstancia del Gobierno andaluz. Lejos de reformarse, agrava los vicios. La poda de esa hojarasca de organismos muertos ocupados por muchos vivos ha quedado en nada o casi nada. Por contra, ha engrosado las plantillas por la puerta falsa de esos chiringuitos, que se prefiguran más pétreos e imperecederos que la Función Pública tradicional a la que socaba y suplanta.
Demuéstrase la farsa de quien maniobró para empotrar a estos afortunados en víspera de las autonómicas y evitarse salir del Gobierno
El gobernante opta por asegurarse el mando habilitando cobertizos para fieles, al tiempo que arrima caudales a sociedades antes de formalizarse, como en el expolio de la formación. Para ello, se las sitúa extramuros de la Intervención y de la incomodidad, aunque sea formal, a la que obliga la normativa de contratos y subvenciones.
Por si se albergaran dudas sobre la razón de los mismos, baste recoger lo dicho este año por la Cámara de Cuentas sobre las Unidades Territoriales de Empleo y Desarrollo Local y Tecnológico, actualmente investigadas por la Fiscalía Superior de Andalucía. Con 787 empleados (90 de ellos directivos), el órgano fiscalizador estima que el dinero de la Junta, con clara desatención de sus fines, valió casi exclusivamente para remunerar a sus asalariado, enrolados sin procedimiento reglado alguno. Estos chiringuitos no son de verano, pero están más abarrotados que los de la costa.
Como en tantas cosas, lo interino -que se lo pregunten a los que entraron así en la preautonomía y se jubilaron siéndolo- es altamente perdurable en un país donde las sentencias no se ejecutan y cada gobernante hace de su capa un sayo. Mientras, cunde una anomia que hace que la gente se tome la justicia por su mano -como en Estepa o en Sanlúcar de Barrameda- ante una autoridad malquista que no le resuelve los problemas.
Infaustamente, el atraso andaluz, pese a los millones regados a manta e idos por la alcantarilla, no es cosa de mera inercia como la que lleva a perorar al alto funcionario de Yes, minister: «En verdad, convendría hacer algo. No obstante, ministro, quizá no sea el momento conveniente».
Andalucía está atrapada en una espiral destructiva que la sitúa a la cola de Europa por la ausencia de estrategias generadoras de riqueza y por cómo el clientelismo chupa como ventosas todo lo que pueden asir hasta secarlo. Si el pescado comienza a pudrirse por la cabeza, la podredumbre se apodera de todo el cuerpo en función de aquella devotio iberica por la que los iberos consagraban la vida a proteger al jefe en pago de su tutela clientelar. El neofeudalismo autonómico recrea ese pacto de sumisión que rebrota, como los árboles talados dejan raíces vivas que, con los años, engendran fruto.
Sometido el ciudadano a esa servidumbre, sus virreyes anteponen su provecho al interés general y a la justicia. Hay que invocarlo por más que Ortega sentenciara que «el esfuerzo inútil produce melancolía». A los andaluces les persigue una inercia que luego quieren compensar apelando a mudanzas trascendentales en apariencia, pero de realidad incierta.
Por eso, se hace precisa la navaja célebre de Occam que Bertrand Russell esgrimió en homenaje a aquel fraile franciscano del siglo XIV y que se traduce en esa regla capital de evitar la multiplicidad de entidades para análogo uso. Como es natural, Guillermo de Ockham fue perseguido y acabó víctima de quienes trataban de salvaguardar sus ventajas y dogmas con la abstrusa retórica y el barroquismo teologal de Griñán El Ufano.

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