domingo, 2 de marzo de 2014

Un anhelo de libertad, justicia y autonomía malversado

Sin desperdicio, artículo recomendado.....


Carmen Arroyo Molina publicó lo que sigue en El Día de Córdoba: 2NINGÚN pueblo y, aún menos, su Administración Pública debiera ser nunca patrimonio exclusivo de un partido político. Lamentablemente, ese es el panorama de la Administración Andaluza después de tres décadas. Lamentablemente, el abuso maniqueo de Andalucía, -su nombre, su historia, sus símbolos, sus recursos y su población-, por parte del único partido gobernante, ha transmutado en frustración el anhelo de libertad, prosperidad y justicia del 28 de Febrero de 1980. Ha malversado el sueño de la Autonomía. 

A la vuelta de 34 años de autogobierno, el nepotismo, la corrupción, el sectarismo y la irregularidad, -incluso la ilegalidad que testifican casi a diario autos y sentencias judiciales-, son las marcas de identidad de una tierra rica en recursos. Sin embargo, su población arrastra los índices de desempleo más elevados de todo el entorno europeo, ínfimas tasas de rendimiento escolar, la menor cantidad de empresas por habitante, algunos de los porcentajes más altos de corrupción y las peores perspectivas de futuro para sus jóvenes. 

Andalucía padece uno de los niveles más elevados de pobreza y desigualdad social de todo el estado y la desafección hacia la política alcanza a más de la mitad de sus ocho millones y medio de habitantes. 




Lo que es se ve.....


....... Se ha malversado la Autonomía y la Justicia al imponer una Administración de partido, paralela a la oficial, donde una maraña indescifrable de agencias, fundaciones, observatorios, consorcios, empresas, comisionistas y testaferros chupan de la teta pública, sin control de los organismos cuya única razón de ser es garantizar el buen uso del erario común. 

Se malversa la Autonomía al vaciar de contenido la Administración Pública diseñada por la Constitución y perfeccionada en el Estatuto de Andalucía, usurpando competencias a los funcionarios, poniendo en venta el patrimonio colectivo, limitando las ofertas de empleo, recortando inversiones y derechos que colapsan hospitales, colegios y órganos judiciales; privatizando la sanidad y los servicios sociales con la cesión de la gestión a grupos empresariales que rinden cuentas tarde, mal o nunca.......


Andalucía, 34 años más tarde, continúa su marcha IMPARABLE hacia la malversación definitiva del espíritu 28 F.



Un anhelo de libertad, justicia y autonomía malversado





Carmen Arroyo Molina publicó lo que sigue en El Día de Córdoba: 2NINGÚN pueblo y, aún menos, su Administración Pública debiera ser nunca patrimonio exclusivo de un partido político. Lamentablemente, ese es el panorama de la Administración Andaluza después de tres décadas. Lamentablemente, el abuso maniqueo de Andalucía, -su nombre, su historia, sus símbolos, sus recursos y su población-, por parte del único partido gobernante, ha transmutado en frustración el anhelo de libertad, prosperidad y justicia del 28 de Febrero de 1980. Ha malversado el sueño de la Autonomía. 

A la vuelta de 34 años de autogobierno, el nepotismo, la corrupción, el sectarismo y la irregularidad, -incluso la ilegalidad que testifican casi a diario autos y sentencias judiciales-, son las marcas de identidad de una tierra rica en recursos. Sin embargo, su población arrastra los índices de desempleo más elevados de todo el entorno europeo, ínfimas tasas de rendimiento escolar, la menor cantidad de empresas por habitante, algunos de los porcentajes más altos de corrupción y las peores perspectivas de futuro para sus jóvenes. 
Andalucía padece uno de los niveles más elevados de pobreza y desigualdad social de todo el estado y la desafección hacia la política alcanza a más de la mitad de sus ocho millones y medio de habitantes. 

Al contrario de lo que vocifera a cada minuto la gigantesca fábrica de propaganda oficial, las afirmaciones precedentes están corroboradas por estadísticas periódicas de todo origen y naturaleza (EPA, PISA, Funcas, INE, ....). Y acaban de ser confirmadas a través el Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa de invierno 2014), elaborado por el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de la Universidad de Granada. 

El último encargo demoscópico del Gobierno de la Junta refleja que los principales problemas de los andaluces en 2014 continúan siendo el paro (89,2 %); la corrupción (48%); la política (31%); la economía, la sanidad, la educación, la vivienda y la desigualdad social. Lo más desalentador no es que un 90,3% de los encuestados considere "mala o muy mala'' la situación económica, -por encima de la percepción negativa respecto al conjunto de la economía española (88,9 %)-, sino que un 57,3% cree que seguirá igual o que empeorará (14,5%). 

Las cifras, y los miles de dramas humanos que esconden, evidencian con rotundidad la ineficacia de los gestores políticos y administrativos que ha tenido Andalucía. No han sabido o no han querido pulir el diamante en bruto conquistado aquel primer 28 de Febrero, aún habiendo tenido una oportunidad única en su historia. La tozuda realidad confirma que la Autonomía no ha revertido en provecho de quien debiera haber sido su beneficiario directo: el pueblo andaluz. 

Por el contrario, este carísimo instrumento político se ha malversado, junto a la esperanza en el futuro de millones de andaluces. 

Se ha malversado la Autonomía al mismo tiempo que la casi infinita fuente de fondos extra vertida en las dos últimas décadas desde la Unión Europea para rescatar una economía subyugada por desequilibrios centenarios. 

Se ha malversado la Autonomía y la confianza de millones de andaluces cuando, en lugar de sostener la actividad productiva, se instigaba y gratificaba con presupuesto público el cierre de empresas viables para mantener los índices de desempleo que justificaban el maná de las ayudas europeas. 

Se ha malversado la Autonomía y los sueños de millones de andaluces al extraviar por las cloacas de un entramado empresarial fantasmagórico las subvenciones destinadas a impulsar la creatividad, la innovación y el desarrollo de sectores emergentes que hubieran asegurado un horizonte a los más jóvenes. 

Se ha malversado la Autonomía y la dignidad de los andaluces al mismo tiempo que se compraba el voto y la voluntad de los depositarios de la sagrada herencia de los antiguos hombres de luz. Demasiado pronto quedaron aniquilados valores, principios e ideales por la sombra del soborno y el fraude. 

Se ha malversado la Autonomía y la Justicia al imponer una Administración de partido, paralela a la oficial, donde una maraña indescifrable de agencias, fundaciones, observatorios, consorcios, empresas, comisionistas y testaferros chupan de la teta pública, sin control de los organismos cuya única razón de ser es garantizar el buen uso del erario común. 

Se malversa la Autonomía al vaciar de contenido la Administración Pública diseñada por la Constitución y perfeccionada en el Estatuto de Andalucía, usurpando competencias a los funcionarios, poniendo en venta el patrimonio colectivo, limitando las ofertas de empleo, recortando inversiones y derechos que colapsan hospitales, colegios y órganos judiciales; privatizando la sanidad y los servicios sociales con la cesión de la gestión a grupos empresariales que rinden cuentas tarde, mal o nunca. 

Sofocada en su origen toda iniciativa de protesta que no esté dirigida contra el enemigo, silenciado de inmediato todo atisbo de denuncia interna, aplastada nuestra capacidad de reacción por las mentiras mil veces repetidas de buenos y malos, captados cualquier líder y organización que puedan articular un auténtico movimiento reivindicativo, Andalucía, 34 años más tarde, continúa su marcha IMPARABLE hacia la malversación definitiva del espíritu 28 F.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Identifícate para poner comentarios.
Los comentarios solo se podrán poner durante unos días...