martes, 7 de enero de 2014

¡Quilla! ¿Qué jaces ahí?..Recomendado...

...«¿Qué quilla va a ser? Pues Susanita, como una emperaora en el Patio de los Leones..... 


 por muy presidenta de la Junta que sea, y mucha presidenta de honor del Patronato de la Alhambra, que lo es, ¿es legal y regular usar el Patio de los Leones como decorado a su reinado? ¿O no lo es? .....

O no se cumplieron las condiciones que rigen en la Alhambra, o estamos ante una grave irregularidad


 ¿Si están prohibidos los flashes durante la visita nocturna, por qué se permitió una iluminación con focos especiales para que no hubiera sombras? ¿Cuánto se pagó por el seguro? ¿Cuánto por el uso? ¿Cuánto por la limpieza? ¿Quién autorizó la sobrecarga de electricidad? Recomiendo leer las limitaciones a los reportajes de bodas en la Alhambra y Generalife, en sitios, fechas y horarios, excluyéndose el Patio de los Leones... Tal como el pueblo.
Llegado a este extremo, o no se cumplieron todas y cada una de las condiciones impuestas en la normativa (solicitud con al menos un mes de antelación, autorización, listado de personas asistentes, elementos técnicos, iluminación utilizada, pago del seguro, pago del uso, autorización enganches de luz...) en cuyo caso estamos ante una ilegalidad y trato de favor, por ser vos quien sois, o si se cumplieron (documentos y registros sobre la mesa, por aquello de la transparencia) estamos ante una grave irregularidad y consiguiente trato de favor. Eso pasa por querer hacer de Isabel I de Castilla.

Gracias compañera por el envio




CRÓNICAS DE ZICO Y PACA

¡Quilla! ¿Qué jaces ahí?

Quiero recordar que hace unos años un tal McLuhan decía que el medio es el mensaje. A lo visto, el marco, el sitio, el aposentamiento del medio, es el verdadero mensaje.
Esta mañana, a horas intempestivas, Paca, mi perra, se ha subido a mi cama y, a base de arañazos en mi cara y de protestas por lo bajini, ha conseguido despertarme. Medio dormido, sólo le entendía decir: «Calzonazos, calzonazos, que eres un calzonazos... pero ¿qué jace ahí esa quilla?» «¿Qué quilla?», le he preguntado, mientras dirigía la mirada al otro lado de la cama por si alguien se había atrevido a mancillar mi tálamo. Sólo encontré a Zico roncando a la espera paciente de que la crisis del capitalismo le abriera las puertas a su eurocomunismo militante. Paca me ha respondido: «¿Qué quilla va a ser? Pues Susanita, como una emperaora en el Patio de los Leones y tú, so calzonazos, que eres un calzonazos, sin llevarme a Graná a ver a mi Marianita Pineda. Levántate, y pon las cosas en su sitio y los puntos sobre las íes y pa Reyes, de regalo, un chocolate con churros en la Plaza la Mariana».
Me he levantado arrastrándome y he visto en la pantalla del ordenador a Doña Susana predicándonos su soflama desde la brillante albura del blanco mármol de Macael. He rehecho mi noche anterior en la que me quedé dormido junto a la señora Presidenta en un casto tú a tú a ambos lados de la pantalla. Correo en mi muro de Luciano Alonso (consejero de Cultura y demás y, por tanto, presidente del Patronato de la Alhambra y el Generalife) con el discurso presidencial. Clico, y os aseguro que pasé los siete minutos del discurso con «no es verdad, no puede ser verdad». Tuve que verlo más veces para creérmelo, oírlo y entenderlo. No por la profundidad e inteligencia de lo que se decía, se gesticulaba o teatralizaba, pues eran frases manidas, promesas usadas y silencios cobardes, sino porque no era capaz de trabar el continente con el contenido. Porque yo también como mi Paca, me preguntaba por el «¡Quilla! ¿Qué jaces tu ahí?»
O no se cumplieron las condiciones que rigen en la Alhambra, o estamos ante una grave irregularidad
Mi deformación profesional (quien nace lechón, muere cochino) me llevó a analizar el porqué del marco escogido para esta ocasión desde el punto de vista de su propio marketing político. Pero, inmediatamente, mi alcantarillera práctica me condujo a la dudosa pregunta de que, por muy presidenta de la Junta que sea, y mucha presidenta de honor del Patronato de la Alhambra, que lo es, ¿es legal y regular usar el Patio de los Leones como decorado a su reinado? ¿O no lo es? Así que me fui al BOJA y me puse a estudiarlo por lo que, en el honesto sentido de la palabra, pasé mi noche con Doña Susana. Cosas que pasan.
Mediante resolución de la Junta de Andalucía de 24 de junio del 2008 se fija la «normativa de desarrollo de los procesos de comercialización y visita publica en el recinto del...». En su punto 5, se dedica a la «celebración de actos institucionales y culturales y producciones audiovisuales...». Es una de las dos veces que aparece la palabra acto institucional. La segunda vez que aparece es para referirse a que «valora en extremo la realización en su recinto de iniciativas institucionales y culturales de cualquier índole que puedan hallar en él su marco idóneo...» ¿Era lo idóneo utilizar el marco del Patio de los Leones para la charla parroquial? Podría argumentarse, como la presidenta hizo, al empezar que «hemos celebrado precisamente este año el Milenio del Reino de Granada. Una celebración que ha servido para poner en valor... el rico patrimonio... y que ha tenido entre sus hitos la restauración de este patio». ¡Mentira podrida! Las obras se iniciaron en 2002 y se terminaron en 2012 inaugurándolas Griñán. ¡Desagradecida!
¿Entonces quién tiene que valorar lo idóneo del acto? Pues, doña María del Mar Villafranca Jiménez, directora de la Alhambra y secretaria de Educación y Cultura de la comisión ejecutiva federal del PSOE. Oséase, como Juan Palomo, «yo me lo guiso, yo me lo como». Inmediatamente caben las preguntas sobre la normativa general de esta clase de grabaciones. ¿Si están prohibidos los flashes durante la visita nocturna, por qué se permitió una iluminación con focos especiales para que no hubiera sombras? ¿Cuánto se pagó por el seguro? ¿Cuánto por el uso? ¿Cuánto por la limpieza? ¿Quién autorizó la sobrecarga de electricidad? Recomiendo leer las limitaciones a los reportajes de bodas en la Alhambra y Generalife, en sitios, fechas y horarios, excluyéndose el Patio de los Leones... Tal como el pueblo.
Llegado a este extremo, o no se cumplieron todas y cada una de las condiciones impuestas en la normativa (solicitud con al menos un mes de antelación, autorización, listado de personas asistentes, elementos técnicos, iluminación utilizada, pago del seguro, pago del uso, autorización enganches de luz...) en cuyo caso estamos ante una ilegalidad y trato de favor, por ser vos quien sois, o si se cumplieron (documentos y registros sobre la mesa, por aquello de la transparencia) estamos ante una grave irregularidad y consiguiente trato de favor. Eso pasa por querer hacer de Isabel I de Castilla.
Cuando el 6 de Junio de 1985, Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda, presentó su dimisión irrevocable a Felipe González, éste entró en un proceso depresivo y en un fuerte debilitamiento de su imagen de autoridad. Entre Santamaría y Nevado, prepararon un golpe de efecto del presidente. Lo subieron a unas jornadas de pesca a borde del Azor, yate que había utilizado el general Franco, durante su Dictadura. Era el yate que encarnaba la firmeza y el poder. Tal que así ha hecho la presidenta. Un periódico de los del Régimen escribía que Susana había cumplido con su palabra de salir de los despachos oficiales y salir a la calle... que es lo que hacen los mortales, darse una vuelta por el Patio de los Leones, cenar mariscos en el Cunini e irse a dormir al Parador. Tal como los parados andaluces. La obsesión por sacar de fondo al discurso, la Sala de los Abencerrajes, nos hace comprender por qué no existe sector crítico el PSOE. Una pregunta: ¿Qué hubieran dicho si el alcalde de Graná usa ese marco para un discurso institucional? Buen año y buena suerte.
[Zico y Paca, mis perros, están flipando porque les he firmado, lacrado y sellado un pergamino donde me comprometo a llevarlos a tomar chocolate con churros al Bar Fútbol, de la Plaza de la Mariana. A Paca le permito hacerse fotos con la mártir y a mearse en el jardín en señal de solidaridad y a Zico le compraré biografía sobre la heroína y su bandera. Paca, cual niña lorquiana, se pone a recitar: «Oh qué día triste en Granada...»]

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